Tres dramas con trasfondo histórico

 

 

Título: EL TEATRO DE JORGE ISAACS Fecha de publicación: 1995-05-05 Autor: Cristina Z.; María Teresa Editorial: Revista Credencial

Realizado por: María Teresa Cristina Z. Licenciada en Filosofía y Letras, Universidad de los Andes. Master en Literatura Francesa, Universidad de Pittsburgh, Pennsylvania. Profesora de Literatura, Universidad Nacional. Investigadora especializada en la obra de Jorge Isaacs.

 

Jorge Isaacs, el famosísimo autor de María, cultivó también otros géneros literarios, entre estos, el dramático, el más desconocido de su actividad literaria. En su juventud, escribió tres dramas históricos bajo la influencia de la escuela romántica que se impuso en Europa entre los años 1800-1830, aproximadamente. EI romanticismo rompió con la idea tradicional de los géneros; en el teatro, opuso a la tragedia clásica, basada en las llamadas unidades aristotélicas de tiempo, espacio y acción, un drama que no respeta las normas seculares y en nombre de la libertad literaria mezcla estilos y tipos de personajes. Inició dos nuevos subgéneros: los de la novela y del drama históricos. En este último, la acción se desarrolla en épocas pasadas, revive personajes históricos, que por lo general no desempeñan un papel protagónico, puesto que este está reservado a personajes imaginarios. En este drama el autor procura reconstruir la visión del mundo, los valores, el ambiente y las costumbres de épocas pretéritas.

La afición de Isaacs por la forma dramática está presente en toda su obra literaria y se evidencia en el uso del dialogo en la poesía, particularmente en los romances juveniles, en María, y también en los escritos satíricos del periodismo militante. Su vocación teatral fue temprana y debió gestarse en el Colegio del Espíritu Santo, fundado por Lorenzo María Lleras, gran impulsor del teatro nacional a mediados del siglo, quien fue autor, traductor y director de obras dramáticas que se representaban en el colegio, y cuyos actores eran los mismos alumnos. EI colegio publicaba su propio periódico titulado La Crónica Mensual, en el que difundía las traducciones y las creaciones originales del director y de sus discípulos. En su último número publica Jacobo Molay, drama histórico en cinco actos y en verso de Santiago Perez.

Los dramas de Isaacs son obras de juventud: Amy Robsart (1859), Los montañeses en Lyon (titulado también María Adrian, 1860), y Paulina Lamberti (1860). Los dos primeros son inéditos y se conservan manuscritos en la Biblioteca Nacional. EI último fue dado a conocer por Rafael Maya en 1952, en la Revista Bolívar. Durante toda su vida Isaacs deseó publicar estas piezas dramáticas. En 1868, agotada la primera edición de María, proyecta hacer una nueva edición con un segundo tomo que debía contener sus dramas y sus poemas inéditos. Debido a dificultades económicas, al año siguiente solamente salió a la luz la novela sin el segundo tomo mencionado. EI 28 de junio de 1864 escribe desde La Plata a José Manuel Marroquín una carta en la que encontramos la primera referencia a sus dramas: «Siendo usted el tutor y curador de mis dramas, así como lo ha sido de mis versos, Ie encargo me Ie acaricie algo al estilo de Don Jacobo y Amy, sin salvar por eso de algunas lecciones de la laya a la Iinda María. Con Carrasquilla hemos convenido en que el último acto de Amy necesita cierta cosa que él sabe; y que María necesita, en su último acto también, que aquella música o canto guerrero de la escena en que está desmayada María, empiece poco antes de resolverse Luciano a dejarla. Estos hijos míos, que he entregado a usted y a mis amigos, me son muy queridos; llámelos también usted hijos suyos, puesto que su tutor es».

La valoración de Isaacs de sus propios dramas es ambivalente. Por una parte, los considera obras juveniles que presentan todos los defectos característicos de esa época inicial; por otra, no se resigna a olvidarlos y guarda hacia ellos el cariño que se tiene a las obras de juventud. En el «Juicio crítico» que escribe en 1867 al final del manuscrito de Amy Robsart dice: «He aquí un drama concebido y escrito en algunas horas en que los números dejaron, de mala gana, viajar mis pensamientos; dictado a un amigo como una nota de comercio y conservado hoy entre mis cosas como un ramo de flores secas, de esos que se conservan, no porque encierren una historia, ni aviven persistentemente un recuerdo agradable, sino porque se tiene idea de haberse cuidado con esmero por causas que casi no se recuerdan … Amy Robsart tiene todos los defectos que la hija de una imaginación de veinte años debe tener en el teatro. Yo la escribí cuando soñaba todavía poderme dedicar, siguiendo mis fuertes inclinaciones, al ramo de la literatura a que pertenece […]» En 1884 anota en el manuscrito de Paulina Lamberti: «Borrones de muchacho. Habría que hacer todo el drama de nuevo, si no es mejor quemarlo»

Los tres dramas tienen por tema una trágica historia de amor y se desarrollan en un contexto histórico europeo: el reinado de Isabel de Inglaterra, la Revolución Francesa, el Imperio de Napoleón Bonaparte. Amy Robsart se basa en la novela de Walter Scott titulada Kenilworth (1821). La trama se centra en la figura imaginaria de la bella Amy, pero a su lado aparecen personajes históricos como Robert Dudley, conde de Leicester, favorito de Isabel I, la reina misma, Walter Raleigh, rival de Leicester, y el conde de Sussex, consejero de la soberana. Amy se casa en secreto con Leicester, cuya identidad desconoce, pues este asumió la de su caballerizo Varney. Leicester oculta esta relación a la reina para no caer en desgracia con ella. Cuando se descubre que Amy es la esposa de Leicester, Varney, por ambición, decide sacarificarla, aunque él también la desea. Leicester cae en la trampa y Amy muere a pesar del arrepentimiento de Leicester y del perdón de la reina. Isabel es uno de los personajes mejor caracterizados; representa el conflicto entre el amor y la razón de Estado. Leicester, enamorado y crédulo, es un personaje contradictorio, puesto que no se decide entre el amor por Amy y la ambición de convertirse en consorte de la reina. Varney es el villano que precipita el desenlace trágico.

Los Montañeses de Lyon, fue revisada hasta el punto que dejó dos versiones manuscritas diferentes y una tercera muy incompleta. EI primer título de esta obra (María Adrian) indujo a algunos a pensar que esta María se refería a una primera redacción en forma de drama de la novela homónima. Esta obra está centrada en un episodio de la Revolución Francesa relatado por Lamartine: la resistencia que opusieron los monárquicos en 1793 a la toma de la ciudad de Lyon por parte de los revolucionarios. Mas allá del medio y de las circunstancias históricas, este drama se puede relacionar con la novela María, puesto que se trata del amor adolescente truncado por la muerte entre dos jóvenes que han crecido en el mismo hogar: Luciano, hijo de los condes de Grammmont, y María Adrian, huérfana de origen plebeyo, criada en casa de estos nobles.

María también es amada por Raimundo, el antihéroe, su antiguo prometido y feroz revolucionario. En el desarrollo de las circunstancias históricas, María lucha al lado de Luciano en la batalla decisiva disparando el cañon contra los republicanos. Derrotados los monárquicos, Luciano es apresado junto con otros sesenta y cuatro jóvenes de la nobleza y sentenciado a muerte. María se acusa ante el tribunal para morir con su amado. Raimundo, engañosamente, se compromete a salvarlo a cambio del amor de María, pero esta lo hiere de muerte en el corazón en el mismo momento en que son ejecutados Luciano y sus compañeros. A pesar de las posibilidades dramáticas que ofrece el tema, esta es la menos lograda de las obras teatrales de Isaacs. En las dos redacciones hay incoherencias estructurales y una caracterización maniquea del protagonista y del antagonista.

La acción de Paulina Lamberti se desarrolla en Paris, hacia 1809, en época del imperio napoleónico. Los cuatro personajes centrales son: Jacobo de Carignan y su esposa, la plebeya Paulina Lamberti; el conde Arturo de Valmont y su hermana Mirta, quienes forman un doble triángulo amoroso. Son parejas que las circunstancias históricas y sociales han unido de manera desafortunada. Aparece, además, como personaje crucial, el coronel Claudio Lamberti, padre de Paulina y antiguo revolucionario, quien debe a Napoleón su posición y fortuna. EI enredo amoroso, soporte de la acción, es de tipo muy tradicional y conocido en la novela antigua y en el drama de capa y espada: matrimonio por conveniencia, amores contrariados, cartas comprometedoras. Jacobo ama a Mirta y es correspondido, pero debe casarse con Paulina; Valmont ama a Paulina, pero esta ama a su esposo; Mirta ama a Jacobo, pero debe casarse con un rico plebeyo. Esta situación, que podría originar un drama de enredo, desarrolla en cambio una obra centrada en la motivación afectiva de los personajes. Las dos mujeres rivales están dispuestas a renunciar a Jacobo, a sacrificarse por él para salvarlo, pero el sacrificio resultará en vano.

Paulina Lamberti es un drama de amor y honor. EI tema político está subordinado al amoroso. Ciertos aspectos del contexto histórico y social son trabajados en forma compleja. Isaacs presenta una nobleza arruinada económicamente por la revolución, pero que puede seguir disfrutando de algunos antiguos privilegios gracias a los enlaces matrimoniales con los nuevos ricos surgidos de ella, como el coronel Lamberti. La antigua nobleza, representada por Jacobo conserva su fidelidad a la monarquía y su arraigado código de honor, aunque en parte sometido al nuevo valor del dinero. Jacobo es víctima del deseo de venganza de Valmont, originado por sus celos y por su deseo de reivindicar la honra de su hermana. A raíz de un duelo, se hace a unas cartas que comprometen a Jacobo con los emigrados, en un atentado contra la vida del emperador, las cuales, al ser conocidas, lo presentarían como delator y traidor a la causa monárquica. Este hecho precipita el desenlace trágico de la obra.

Paulina Lamberti es el mejor logrado de los tres dramas de Isaacs, tanto desde el punto de vista de la estructura, como del lenguaje y de la caracterización de los personajes. Amy Robsart hace énfasis en la acción, en las peripecias. En Paulina Lamberti la acción está implícita, es el marco en el cual se desarrolla la psicología de los personajes. Importa señalar que mientras la poesía y la obra narrativa de Isaacs, tanto anterior como posterior, son de tema nacional y local, sus dramas son de tema europeo. Por esta época sigue la moda del momento, pero en adelante se centrará en los temas del país. Igualmente, se debe mencionar la particular postura política que asume en los dramas, muy diferente de la que asumirá en su obra posterior. En estos toma partido por la monarquía en contra de la revolución. En María elude el tema político. Más tarde, defenderá la ideología radical, que ya no abandonará.

Los dramas de Isaacs tienen un valor principalmente histórico. Desde el punto de vista literario no añaden nada a la gloria de su autor; no obstante sus fallas y considerando la producción dramática de la época, su obra no desmerece frente a las contemporáneas y es un aporte que no se puede desconocer en el estudio de la evolución del teatro en Colombia.